Cristian Vallés es productor vitivinícola y contratista, y desarrolla su actividad en la localidad de Caucete y alrededores, en la provincia de San Juan. Al terminar el colegio secundario, del que egresó como técnico mecánico en maquinaria agrícola, Vallés consiguió trabajo en un taller. Allí fue donde tuvo su primer contacto con las vendimiadoras New Holland en sus modelos SB 60 y SB 64, que ingresaron a la Argentina promediando la década de los `90.
Esa primera época en el mundo laboral desempeñándose en la industria vitivinícola marcó a Cristian de una manera inesperada, ya que al término de su lapso escolar conoció en un curso impulsado por el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) a Mario Pulenta y a la familia Gonzalez Villanueva, referentes de la industria vitivinícola en Argentina.
Vallés comenta que su primera experiencia fue crucial para su formación profesional, ya que al término de algunos años se encontró con una empresa francesa que le permitió trabajar en varios países del mundo: "Hasta 2010 estuve fuera del país trabajando en Francia, España, Portugal y Chile. Cuando llegué a Argentina volví a trabajar con una SB, la máquina de mis comienzos, que casualmente había sido de Mario Pulenta".
Una vez en San Juan, Vallés comenzó a desarrollar su actividad como contratista y productor en Caucete, localidad ubicada en el centro sur de la provincia de San Juan. Dueña de unas características que la hacen única para la producción de la vid, esta ciudad y sus alrededores poseen algunas de las bodegas más importantes de la Argentina. Su clima desértico y su bajo promedio de precipitaciones anuales hacen de esta zona el lugar ideal para desarrollar la actividad vitivinícola y olivícola.
Allí, Vallés trabaja con una plantilla importante de vendimiadoras de la marca y comenta: "llevo más de veinte años trabajando con New Holland. Conozco muy bien sus cosechadoras, las he desarmado y armado enteras muchas veces y siempre he estado con la misma marca. De a poco hemos ido creciendo a pesar de muchas circunstancias y hoy por hoy tenemos una plantilla de ocho máquinas con vistas a adquirir una nueva. Además de producir y trabajar para terceros en la vid, también prestamos servicios en el olivo con dos Braud 9090L".
¿Cómo ves la evolución de la industria a partir de la introducción de la cosecha mecanizada?
"La industria ha avanzado de forma increíble. En los comienzos, en Argentina muchos productores le esquivaban a las máquinas. Quiero decir también que nuestra empresa se dedica a la prepoda y con la mecanización tenemos un trabajo 100% seguro. Donde vivo, en San Juan, hay muchos parrales y veo que de a poco los productores están trasladándose al sistema de espalderas para poder mecanizar sus cosechas. El sistema de parrales ya es muy antiguo y no es compatible para máquinas. El sistema por espalderas facilita el trabajo y le permite a la vendimiadora trabajar a cualquier hora del día".
El término espaldera hace referencia a unos soportes que forman estructura en forma de barras o alambres. Esto consiste en una estructura sobre la que se dispone el cultivo. Este método permite obtener un mayor número de plantas por superficie, facilita la aplicación de elementos fitosanitarios y consigue mayor uniformidad en los racimos de la uva, a diferencia del método de parrales, sistema antiguo que posee menores posibilidades para la mecanización.
¿Por qué seguís eligiendo a New Holland después de tantos años?
"La New Holland es una máquina 4x4, no creo que haya otra marca que pueda alcanzar la calidad que tiene esta, por eso la sigo eligiendo tantos años después. No he visto en otra marca la tecnología que tienen estas y mi experiencia siempre ha sido muy satisfactoria".
Poniendo énfasis en la importancia del servicio de posventa, el productor y contratista destaca su relación con el concesionario Agromaq Virdó de la ciudad de Mendoza, con quien trabaja hace años. "Vemos que es un concesionario que trabaja por mejorar la calidad de su servicio y es notable el empeño que ponen en ello. Para nosotros el servicio de posventa es fundamental, sobre todo porque los tiempos de cosecha son limitados. Cuando uno empieza la cosecha no paramos hasta terminar y si la máquina está parada uno pierde recursos y mucho tiempo. Siempre que tenemos algún inconveniente, el concesionario está para ayudarnos tanto presencial como telefónicamente y eso es muy bueno, es algo en lo que el cliente se fija cuando va a comprar una máquina", finaliza Vallés.